Britney Spears se separa de su exentrenador físico, Sam Asghari, quien ha sido echado de su casa.
Sam Asghari ha sido visto con una nueva novia, mientras Britney continúa pagando su lujoso departamento en Los Ángeles, cuyo alquiler asciende a ten,000 dólares mensuales.
El acuerdo de divorcio entre Britney y Sam incluye una cláusula de confidencialidad que impide a Sam divulgar detalles sobre su vida privada durante el matrimonio.
Los hijos de Britney, especialmente Jaden, de 18 años, están preocupados por la inestabilidad emocional de su madre y han decidido acercarse a ella en un intento de ayudarla.
Britney ha mostrado comportamientos erráticos en redes sociales, lo que ha afectado la vida social y escolar de sus hijos, quienes han enfrentado vergüenzas debido a su comportamiento.
Jaden busca estabilizar a su madre en un momento crítico, impulsado por el apoyo de su padre, Kevin Federline, ante el temor de que Britney cruce un límite peligroso.