La vida de Margarita, conocida como la Diosa de la Cumbia, está marcada por una serie de eventos trágicos y sorprendentes que la llevaron a alcanzar la fama en el mundo de la música tropical. Nacida en Medellín, Colombia, el 3 de octubre de 1960, Margarita Vargas Gaviria enfrentó desde joven situaciones difíciles, incluyendo abusos familiares y la pérdida de su padre. Estas experiencias la impulsaron a buscar una vida mejor, alejándose de su hogar en busca de oportunidades en el ámbito musical.

A los 18 años, Margarita comenzó a cantar en eventos locales y, tras un encuentro fortuito con un productor musical, se sumergió en el mundo de la música. Aunque inicialmente no le agradaba la cumbia, la convencieron de grabar un disco, lo que la catapultó a la fama. Su voz resonó en éxitos como “Oye,” que le valió un disco de platino en México.

Sin embargo, su ascenso estuvo acompañado de escándalos personales. Su romance con un compañero de la Sonora Dinamita, que ya estaba casado, culminó en un embarazo y conflictos que la llevaron a salir de la orquesta. A pesar de las controversias, Margarita continuó su carrera, pero no sin enfrentar desafíos, incluyendo un arresto injusto y acusaciones infundadas que la llevaron a la cárcel.

La vida de Margarita ha estado marcada por el amor y la pérdida. Tras la muerte de su primer amor, se sumergió en el alcoholismo, pero logró recuperarse y encontró estabilidad en su carrera. A lo largo de su trayectoria, ha grabado 26 álbumes y ha sido reconocida con múltiples premios por su contribución a la música tropical.

A pesar de los altibajos, la Diosa de la Cumbia ha demostrado que con determinación y lucha se pueden superar las adversidades. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, consolidándose como una figura icónica en la música latina.