La secuela de Joker, titulada “Folie A Deux”, no logró el impacto emocional de la primera película, dejando a la audiencia confundida y desinteresada.
La narrativa de la película intentó deshumanizar al personaje de Arthur Fleck, presentándolo como un villano en lugar de un antihero.
Se sugiere que Hollywood manipuló la secuela para evitar que el público se identificara con Arthur, temiendo que su historia inspirara una reacción contra el sistema.