Cuando Lewis Hamilton regrese al paddock de Fórmula 1 en Zandvoort a finales de esta semana después de las vacaciones de verano, sin duda esperará que Mercedes sea capaz de mantener el impulso que le ha dado la oportunidad una vez más de hacer lo que mejor sabe hacer: ganar.

El siete veces campeón del mundo finalmente amplió su récord de victorias en la F1 a 104 y luego a 105 al ganar el Gran Premio de Gran Bretaña en Silverstone en julio antes de seguir con el éxito en el Gran Premio de Bélgica en Spa tres semanas después.

Esos triunfos pusieron fin a una racha de dos temporadas y media lejos del escalón más alto del podio para el piloto de 38 años, y se produjeron cuando Mercedes se tambaleaba ante los favoritos, Red Bull, junto con McLaren.

Desde que la F1 hizo la transición a su nueva era de regulaciones técnicas basadas en la aerodinámica de efecto suelo al comienzo de la temporada 2022, Mercedes no había logrado proporcionarle a Hamilton un auto con el que pudiera desafiar al frente.

A un concepto inicial fallido le siguió la ignorancia sobre hasta qué punto el equipo había seguido el camino equivocado, antes de que Hamilton emprendiera una serie de experimentos de configuración físicamente agotadores por la tendencia de los autos a rebotar violentamente a alta velocidad.

Con Red Bull luchando por mejorar su propia maquinaria, que había dominado de manera sin precedentes en las dos campañas anteriores, a partir de esta primavera, los que quedaron atrás finalmente tuvieron la oportunidad de recuperar terreno. Puede que haya sido tardío, pero Mercedes finalmente se impulsó nuevamente a la contienda.

¿Cómo ha conseguido Hamilton volver a ganar?

Hamilton condujo muy bien tanto en Silverstone como en Spa.

Las dos últimas victorias de Hamilton no fueron simplemente el resultado de la mejora del coche, por supuesto. En ninguno de esos dos fines de semana de carreras el W15 fue el más rápido de la parrilla; en ritmo de carrera, McLaren tenía la ventaja y debería estar decepcionado de no haber podido convertir eso en un par de victorias.

Pero el progreso del equipo permitió a Hamilton marcar la diferencia. Condujo con su típica inteligencia, consistencia y confianza en los neumáticos para castigar los errores estratégicos de McLaren y lograr los resultados que él, su equipo y sus fanáticos habían esperado tanto tiempo para volver a ver.

Dada la presión para poner fin a su larga sequía de victorias, hubiera sido fácil para Hamilton entrar en pánico en cualquier escenario: equivocarse con el neumático antes del último stint en Silverstone (como lo hizo Lando Norris) o cometer un error cuando lo perseguía. el más rápido Oscar Piastri en las etapas finales en Spa. No lo hizo, porque aquel era Hamilton en su mejor momento de sensatez.

Este no es sólo un piloto con más campeonatos y victorias detrás de él que cualquier otro, sino uno que parece una vez más enfocado en el impulso hacia adelante, libre de la carga de un auto fundamentalmente defectuoso y de disputas sobre cómo mejorarlo. Si Mercedes es capaz de mantener la eficacia de su plan de desarrollo, cosechará los frutos de la combinación de velocidad e imperturbabilidad de Hamilton desde ahora hasta el final de la temporada en Abu Dhabi en diciembre.

Pero Hamilton ahora enfrenta uno de los dilemas más extravagantes de la F1: espera que su equipo actual pueda brindarle la plataforma para ganar con la mayor frecuencia posible, mientras que también espera que su futuro equipo esté progresando mejor con el auto de la próxima temporada.

¿Por qué la situación de Hamilton es un poco extraña?

El W15 ya ha experimentado algunos cambios cruciales esta temporada

Esa es la naturaleza de la forma en que funciona el mercado de pilotos de F1: los acuerdos a menudo se acuerdan con tanta antelación que, como en el caso del próximo traslado de Hamilton a Ferrari para 2025, puede pasar una temporada entera antes de que realmente se produzcan cambios.

Significa trabajar lo más duro posible con los colegas actuales para lograr los mejores resultados, sin tener idea de qué tan bien se están preparando los de la próxima temporada para tu llegada, pero esperando lo mejor. Un proceso a la vez relativamente incómodo y enteramente lógico.

Algunos pilotos quedan en una especie de purgatorio de desarrollo donde no pueden ayudar a influir en el coche que conducirán el próximo año y en adelante, y también quedan cada vez más fuera de las reuniones clave de rendimiento con su equipo actual a medida que se acerca su partida. Hamilton lo reflexionó a principios de este año.

“Quiero decir, tal vez sea inevitable [que me queden fuera de las reuniones con Mercedes] en algún momento, pero al final del día, ninguna información que obtendré este año afectará el año que viene porque no estoy en comunicación [con Ferrari]”, dijo Hamilton. “No pasa nada hasta que empiece la temporada el año que viene. Y se necesita tiempo para desarrollar las cosas”.

2025 es la última temporada de las regulaciones actuales de la F1 antes de que llegue una gran reelaboración tanto de los autos como de las unidades de potencia para 2026, lo que significa que es muy probable que los vehículos del próximo año sean evoluciones ligeramente adaptadas del esfuerzo de cada equipo de este año, con un enfoque cada vez más centrado en la nueva era a medida que se acorta el intervalo hasta su inicio.

Eso significa que el nivel de rendimiento de Mercedes y Ferrari en las últimas diez carreras de la temporada probablemente sea bastante indicativo de lo que podrán lograr en 2025, al menos en sus primeras etapas.

Para Hamilton, entonces, lo que haga Mercedes a continuación determinará hasta qué punto podrá capitalizar su resurgimiento en el corto plazo. Pero lo que suceda en los garajes rojo escarlata ofrecerá una visión mucho más precisa de su futuro y de si finalmente será capaz de ganar un octavo campeonato.

Aunque es posible que no pueda colaborar con su nuevo equipo hasta que se produzca el cambio de contrato el 1 de enero, sin duda esperará que Ferrari demuestre un progreso significativo, al igual que Mercedes.