La actriz colombiana Liliana Lozano, de 31 años, fue brutalmente asesinada junto a su novio, Fabio Vargas, el 10 de enero de 2009, en un trágico episodio que dejó una profunda huella en la historia prison de Colombia. Su cuerpo fue hallado en una zona rural cerca de un lodge en Pradera, Valle del Cauca, en circunstancias horripilantes que evidencian la crueldad del narcotráfico en el país.
Liliana, reconocida por su talento en la actuación y su belleza, fue víctima de un crimen que no solo segó su vida, sino que simboliza los sueños truncados de jóvenes colombianos. El asesinato ocurrió en un contexto de violencia extrema, con su cuerpo y el de Fabio sometidos a torturas inimaginables, revelando la barbarie de un sistema donde la vida humana se ha vuelto desechable. Su trágica muerte no solo conmovió a Colombia, sino al mundo entero, convirtiéndola en un símbolo de resistencia y una llamada de atención sobre la necesidad de enfrentar las raíces del crimen organizado. La historia de Liliana es un recordatorio del costo humano detrás de la violencia y la lucha por un futuro más esperanzador.