El escándalo que rodea a la modelo venezolana Aleska Génesis ha tomado un giro inesperado tras su detención por presunto robo de relojes de alta gama. La polémica se desató desde su eliminación en el programa “La Casa de los Famosos All Stars”, cuando la fiscalía la arrestó de manera inmediata en las instalaciones de la productora, dejando a su familia y seguidores atónitos.
Las hermanas de Aleska, Michelle Roxana y Bárbara Castellanos, han levantado serias acusaciones contra la producción del reality show, sugiriendo que su detención fue parte de un arreglo corrupto. Michelle ha señalado al empresario Francisco Rodríguez Borjo como responsable de manipular la situación, asegurando que Aleska recibió amenazas justo antes de su arresto.
Bárbara, por su parte, ha denunciado que la producción traicionó a su hermana al entregarla a las autoridades sin un aviso formal, destacando que no hubo una notificación previa para su familia, quienes esperaban su salida. Este tipo de irregularidades ha alimentado la especulación sobre si la producción estaba al tanto de la situación legal de Aleska y, en lugar de protegerla, eligió entregarla a la policía.
Durante su detención, Aleska mostró signos de angustia y desconfianza, lo que ha generado preocupaciones sobre su bienestar emocional tras la exposición mediática y el estrés del reality show. En medio de este caos, la periodista Rocío Sánchez Azuara, en pleno programa en vivo, abordó la complejidad del caso, instando a evitar juicios apresurados y a analizar con cautela las pruebas antes de formarse una opinión.
La situación de Aleska Génesis continúa generando controversia y cuestionamientos sobre el papel de los medios y las producciones de televisión en decisiones que pueden afectar profundamente la vida de las personas. A medida que surgen nuevos detalles, el caso se convierte en un reflejo de las sombras que a menudo rodean al mundo del espectáculo, dando pie a un debate sobre ética y responsabilidad en el entretenimiento.