Elizabeth Montgomery, famosa por su emblemático papel como Samantha Stephens en la serie “Hechizada”, sigue cautivando al público, incluso 30 años después de su fallecimiento. La actriz, reconocida por su talento y carisma, dejó un legado que trasciende el glamour de Hollywood. Recientemente, su hija Rebeca Asher ha hablado sobre su madre, desvelando detalles íntimos que han alimentado rumores durante años sobre la vida personal de Montgomery.
La vida de Elizabeth estuvo marcada por una batalla desgarradora contra el cáncer de colon, que la llevó a fallecer el 18 de mayo de 1995 a los 62 años. Solo seis semanas después de experimentar síntomas, se le diagnosticó cáncer en estadio cuatro, un diagnóstico que sorprendió a su familia y amigos. El Dr. Michael Hunter, forense renombrado, ha investigado las circunstancias de su muerte y ha expuesto cómo síntomas típicos fueron confundidos con afecciones menos graves, lo que retrasó su tratamiento.
Rebeca, quien mantiene un vínculo cercano con sus hermanos, ha compartido que su madre siempre se esforzó por equilibrar su carrera con la maternidad, protegiendo a sus hijos de la atención mediática. A pesar de ser una estrella, Montgomery priorizó a su familia y cultivó un ambiente hogareño estable. Su fortaleza durante la enfermedad dejó una profunda impresión en Rebeca, quien ha continuado el legado de su madre en la industria del entretenimiento como directora y editora.
Montgomery tuvo tres hijos con su tercer esposo, William Asher, y aunque su vida estuvo marcada por varios matrimonios, su relación con Robert Foxworth, su último esposo, le brindó la estabilidad que tanto anhelaba. Su vida y carrera siguen siendo un testimonio de su resiliencia y dedicación, tanto en el escenario como en su hogar.
Ahora, 30 años después de su partida, los recuerdos y revelaciones sobre Elizabeth Montgomery nos recuerdan no solo su talento como actriz, sino también su humanidad, haciendo que su legado permanezca vivo en el corazón de quienes la amaron.