Sergio Corona, un ícono del espectáculo mexicano, ha vivido una vida llena de desafíos y triunfos. Nacido el 7 de octubre de 1928 en Pachuca, Hidalgo, su infancia fue marcada por la adversidad. A pesar de pertenecer a una familia de clase media, sufrió de fiebre de Malta, que lo mantuvo postrado en cama durante largos periodos, retrasando su ingreso a la escuela hasta los 15 años. Sin embargo, estas dificultades solo fortalecieron su determinación por el arte.
Desde pequeño, Sergio se vio rodeado de música y ritmo, lo que lo llevó a descubrir su pasión por el baile mientras trabajaba en una zapatería en Ciudad de México. Su talento lo llevó a estudiar en la Academia de Bellas Artes, donde, tras una reveladora conversación con su padre, se decidió a dejar la escuela secundaria para perseguir el ballet clásico. Su ascenso fue meteórico, convirtiéndose en primer bailarín en el Palacio de Bellas Artes y participando en la primera transmisión comercial de televisión mexicana en 1950.
A lo largo de su carrera, Sergio colaboró con grandes figuras como María Callas y Mario Moreno “Cantinflas”, y su asociación con Alfonso Arau se convirtió en una de las más significativas de su trayectoria. En 1970, alcanzó la fama nacional con la serie “Hogar Dulce Hogar”, donde interpretó un entrañable personaje que resonó profundamente con el público. A pesar de la tragedia de perder a su coestrella José Gálvez, su versatilidad actoral continuó brillando en diversos proyectos.
Hoy, a más de 90 años, Sergio Corona sigue activo en la actuación, interpretando a Don Tomás en “Como dice el dicho”. Su vida es un testimonio de perseverancia, adaptabilidad y amor por el arte. La historia de este destacado actor no solo refleja la evolución del espectáculo en México, sino también una lección inspiradora para las nuevas generaciones. Cada aparición suya en pantalla es un recordatorio de su legado y la riqueza de su experiencia en más de siete décadas de carrera artística.