Shakira ha vuelto a acaparar la atención de los medios y sus fanáticos tras su reciente presentación en el Estadio Azteca de Ciudad de México, donde se convirtió en la artista con más conciertos vendidos en este histórico recinto. La barranquillera, que se mostró emocionada de estar en el país, incluyó en su repertorio clásicos como “Ciega, Sordomuda” y “El Jefe”, además de sorprender con la aparición de Lily Melgar, la niñera de sus hijos, y de cantar por primera vez en vivo su nuevo tema “Entre Paréntesis” junto al grupo Frontera.

Sin embargo, el momento que más revuelo causó fue la aparición de su imitadora venezolana, conocida como Chucky Bec. Durante el desfile inicial, la imitadora caminó junto a Shakira, lo que generó opiniones divididas en las redes sociales. Muchos criticaron su actitud, sugiriendo que intentaba robar protagonismo a la artista colombiana. Esta no es la primera vez que Chucky Bec crea controversia; en una ocasión anterior, su presencia fue minimizada por el equipo de Shakira, quien le ordenó mantenerse al fondo y cubrirse el cabello para evitar confusiones.

A raíz de esta situación, Chucky Bec se ha convertido en blanco de críticas por su aparente obsesión con Shakira, asistiendo a casi todos los conciertos de la gira y presentándose en medios como si fuera la verdadera artista. Aunque algunos defienden su trabajo como imitadora y fanática, muchos temen que su comportamiento cruce límites peligrosos. En redes sociales, los usuarios han expresado su preocupación, comparando su actitud con la de Yolanda Saldívar, la infame asesina de Selena Quintanilla, sugiriendo que hay que tener cuidado con este tipo de fanatismos.

Así, el evento no solo marcó un hito en la carrera de Shakira, sino que también desnudó la compleja relación entre ídolos y sus admiradores, resaltando la delgada línea entre la admiración y la obsesión.