A los 64 años, Yolanda Saldívar finalmente ha hecho confesiones sobre su papel en la trágica muerte de Selena Quintanilla, un tema que ha generado controversia y tristeza en la comunidad latina y entre los seguidores de la famosa cantante. Selena, conocida como la Reina del Tex-Mex, fue asesinada el 31 de marzo de 1995 por Saldívar, quien había sido su amiga y manager. La relación entre ambas comenzó de manera prometedora, pero se tornó oscura cuando surgieron acusaciones de malversación de fondos por parte de Saldívar.

El encuentro fatal ocurrió en un motel de Corpus Christi, Texas, donde Selena intentó enfrentar a Yolanda sobre irregularidades financieras. Tras una acalorada discusión, Saldívar disparó a Selena en la espalda, un acto que conmocionó a sus fanáticos y a la comunidad global. Durante su juicio, Yolanda se declaró inocente, alegando que el disparo fue accidental, aunque muchos no le creyeron.

En la actualidad, Saldívar cumple una condena de cadena perpetua en una prisión de máxima seguridad en Texas. Su vida en prisión no ha sido fácil, enfrentando problemas de salud como hipertensión y complicaciones renales. A pesar de las solicitudes de liberación por motivos humanitarios, las autoridades no han considerado esta opción.

Yolanda ha ofrecido varias entrevistas a lo largo de los años, pero su falta de coherencia ha generado escepticismo sobre su arrepentimiento. Recientemente, admitió que su control sobre la vida de Selena fue excesivo, un reconocimiento que podría indicar un grado de culpa, aunque muchos siguen sin confiar en sus palabras.

Actualmente, Saldívar se encuentra aislada por razones de seguridad, dado el rencor que aún sienten muchos por la muerte de Selena. Ha encontrado consuelo en la lectura y en la religión, buscando redención por sus acciones. El legado musical de Selena continúa vivo, mientras que el nombre de Yolanda evoca traición y tragedia, dejando una historia que sigue siendo un misterio y un recordatorio de las consecuencias de la obsesión.