A sus 56 años, Miriam Cruz, una de las merengueras más emblemáticas de la música latina, ha decidido romper su silencio y compartir los secretos de su vida personal y profesional, dejando al mundo conmocionado. Con una carrera marcada por éxitos y decisiones difíciles, Miriam revela momentos íntimos que han forjado su trayectoria.
Desde sus inicios en “Las Chicas del Can”, Miriam ha enfrentado desafíos que la han llevado a ser una figura icónica del merengue. Su historia comienza en su niñez, donde su madre la impulsó a perseguir su sueño de ser artista. A los 13 años, con una voz que cautivaba, se unió al grupo que cambiaría su vida, aunque la música también le robó parte de su infancia.
A lo largo de su carrera, Miriam ha vivido momentos de soledad y dificultades, especialmente tras la muerte de su madre y mientras criaba a sus cinco hermanos. Su liderazgo en “Las Chicas del Can” le permitió alcanzar la fama, pero también enfrentó la pérdida de sus compañeras y la carga de mantener su carrera en tiempos de crisis.
En medio de una vida profesional vertiginosa, Miriam también ha lidiado con relaciones personales complicadas. Su matrimonio con Tuto Taveras se volvió tóxico, y luego de una difícil decisión, encontró el apoyo en Engel Landolfi, quien se convirtió en su manager y esposo. A pesar de las tensiones que surgieron en su carrera, Engel ha sido fundamental en su renacimiento artístico, ayudándola a relanzar su carrera como solista.
La revelación de sus romances, incluyendo uno con Eddie Herrera, añade una capa de complejidad a su vida, reflejando una mujer que, a pesar de los altibajos, sigue siendo un símbolo de resiliencia en la música. La historia de Miriam Cruz es un testimonio del sacrificio, la lucha y la superación, dejando una huella imborrable en la historia del merengue y en el corazón de sus seguidores.