Un joven de 20 años, Thomas Matthew Crooks, intentó asesinar al expresidente Donald Trump durante un mitin en Butler, Pennsylvania, el 21 de junio de 2024.
Los padres de Crooks, Matthew y Elizabeth, fueron vistos en público por primera vez desde el ataque y expresaron su preocupación por el comportamiento de su hijo antes del tiroteo.
Thomas Crooks disparó ocho veces desde un techo, hiriendo a Trump en la oreja y causando una rápida evacuación por parte del Servicio Secreto.
La familia Crooks había llamado a la policía el día del tiroteo, preocupados por la desaparición de su hijo, lo que añade complejidad a la situación.
Se encontraron explosivos y un arsenal de armas en la casa de Crooks, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre la responsabilidad de sus padres en el acceso a estos materiales.
El FBI investiga el historial de envíos de Crooks, quien había recibido paquetes potencialmente peligrosos en los meses previos al ataque, lo que intensifica las preocupaciones sobre la violencia armada en Estados Unidos.