El asesinato de Víctor Iturbe, conocido como El Pirulí, en 1987, dejó una profunda huella en el mundo del entretenimiento mexicano. Este trágico suceso, que conmocionó al país, trajo consigo un torbellino de especulaciones y rumores, especialmente en torno a Jorge Vargas, un actor y cantante que había sido rival de El Pirulí. Aunque inicialmente su implicación parecía infundada, la naturaleza del asesinato y las conexiones previas entre ambos hombres hicieron que Vargas se convirtiera en el foco de la atención mediática.
El 29 de noviembre de 1987, El Pirulí fue asesinado en su hogar, donde recibió cinco disparos. La investigación reveló que el crimen había sido llevado a cabo por sicarios profesionales, y rápidamente se desvelaron complicaciones en la vida del cantante, incluyendo deudas y conflictos comerciales relacionados con un proyecto inmobiliario fallido. En este contexto, surgieron rumores sobre Vargas, quien, aunque no tenía pruebas concretas en su contra, fue vinculado a las disputas financieras de El Pirulí.
A medida que la investigación avanzaba, el nombre de Vargas continuaba resonando en la prensa, exacerbado por la falta de evidencia tangible que pudiera esclarecer el crimen. La familia de El Pirulí, que mostraba renuencia a cooperar con las autoridades, levantó aún más sospechas. Aunque Vargas negó cualquier implicación y se mostró solidario con la familia en duelo, su historial de rivalidades con el difunto cantor lo mantenía bajo el escrutinio público.
El caso se volvió aún más enigmático con la aparición de nuevos elementos, como la conexión de El Pirulí con el narcotráfico y un exdiputado federal que podría haber estado involucrado en el asesinato. A medida que los detalles se desenredaban, el papel de Vargas se tornaba cada vez más ambiguo, oscilando entre ser un testigo inocente y un posible conocedor de una crimson de corrupción y venganza.
El misterio del asesinato de El Pirulí, con todas sus complejidades y secretos oscuros, dejó una marca indeleble en el entretenimiento mexicano, y la figura de Jorge Vargas sigue siendo una pieza clave en este rompecabezas aún sin resolver. La pregunta persiste: ¿fue realmente inocente o estuvo involucrado en la trágica muerte de su rival?