La triste historia de Dámaso Pérez Prado El rey del Mambo

Thumbnail

La historia de Dámaso Pérez Prado, conocido como el Rey del Mambo, es un relato cautivador lleno de ascensos y descensos, marcado por su indiscutible influencia en la música latina. Nacido el 11 de diciembre de 1916 en Matanzas, Cuba, comenzó su trayectoria musical en La Habana en 1940, donde rápidamente se destacó por su estilo único que fusionaba jazz y ritmos afrocubanos. Su gran avance llegó en 1947 con el éxito “Qué rico el mambo”, que lo catapultó a la fama internacional.

Sin embargo, su carrera no estuvo exenta de controversias. A pesar de su éxito, enfrentó el rechazo de la sociedad cubana, que en ese momento rechazaba las influencias culturales estadounidenses. En 1948, tras ser ignorado por las discográficas cubanas, decidió mudarse a México, donde su carrera floreció. En este nuevo entorno, formó su orquesta y revolucionó el mambo, convirtiéndolo en un fenómeno cultural que resonó profundamente en la sociedad mexicana de la época.

La vida de Pérez Prado también estuvo marcada por conflictos y envidias. Su relación con otros músicos y la crítica de sectores conservadores que veían el mambo como una amenaza a las normas sociales, le valieron detractores. Además, su famosa apelación “cara de foca”, que surgió de un comentario humorístico de su colega Benny Moré, se convirtió en un apodo entrañable que lo acompañó a lo largo de su carrera.

A pesar de su éxito, el 6 de octubre de 1953, su vida dio un giro inesperado cuando fue forzado al exilio tras un incidente controvertido en México. Regresó a su país adoptivo solo en 1964, continuando su legado musical hasta su muerte en 1989. Su música, que incluye clásicos como “Mambo número cinco”, sigue siendo un pilar en la cultura latina. Además, su vida será revivida en la película “El sueño de ayer”, que explora su regreso a una ciudad que había cambiado drásticamente. A través de su historia, Pérez Prado permanece como un ícono de la música y la cultura, dejando un legado que perdura hasta nuestros días.

Related Posts

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *